Por si acaso... Yo también sé...
Ahora sabemos a papel secante. Lo que poseemos el uno del otro en nuestras mentes raspa como las lijas… y a mí esas lijas me raspan el corazón… y me trocean el cerebro.
Juguemos de nuevo a hablar, conquistemos de nuevo a nuestras racionalidades, haz que ría, haz que llore, maréame, dame un sentido, dame un consejo que no obedeceré… pero dámelo ya, regálame una sonrisa que no sea falsa, soy como un termómetro, mido tu frialdad. Dame una sonrisa de antaño, desdeñada, que si no… Si no, no tiene gracia alguna…No me odies amándome, no me quieras odiándome. Sabes que yo no te quiero queriéndote… y te amo a mi manera, como los palos me han enseñado, porque eres aquel espejo al que le hablaba, y en el que me miraba y no me dolía verme…
Regáñame, pero hazlo a la cara. Ubícame en el lugar más podrido de tu corazón. Besa nuestra distancia. Engáñate pero…No me odies más.
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